Fobias es niños/as

Las fobias son miedos o temores irracionales, intensos y desproporcionados hacia una situación u objeto que representa poco o ningún peligro real.

En el caso de los/as niños/as, hay que distinguir entre los miedos evolutivos normales y racionales, que suelen ser pasajeros y desaparecen con la edad, y las fobias infantiles, que ponen en peligro el bienestar de los más pequeños.

Para entender las fobias y también distinguirlas de miedos normales, hay que conocer ciertos puntos clave:

• Los miedos en la infancia son muy frecuentes y tienden a ir desapareciendo con la madurez cognitiva.
• Hay que valorar el tipo de respuesta que da la persona ante el estímulo y ver si es desproporcionada y desadaptativa o no, para así saber si se trata de un miedo normal o una fobia.
• Hay varios factores que pueden influir en el desarrollo de una fobia, como la genética, el temperamento, el ambiente y los aprendizajes directos (lo que la persona vive) e indirectos (lo que la persona observa, por ejemplo, en la televisión).
• La gran mayoría de las fobias se desarrollan y se inician en la infancia y se mantienen en la edad adulta. Por ello es necesario e imprescindible un diagnóstico y tratamiento precoz para así poder evitar futuros problemas psicopatológicos.

Existen muchos tipos de fobias, pero las más comunes en los niños/as, por presentarse con mayor frecuencia, son las siguientes:

• Fobia social: se percibe angustia y miedo en la persona ante situaciones en las que se puede ver y sentir muy expuesto, como hablar en público, con algún compañero o profesor.
• Agorafobia: es el temor a los espacios abiertos. Los síntomas son muy marcados ya que son situaciones y lugares de los que es difícil escapar.
• Zoofobia: es el miedo o temor a los animales, puede ser a uno en concreto (por ejemplo, la aracnofobia) o a los animales en general.
• Fobia escolar: el temor a ir a la escuela. Puede deberse a algún problema con algún compañero de clase o algún tipo de abuso o acoso.
• Fobia a la sangre – inyección – daño: es el temor y ansiedad ante la visión de sangre, heridas e inyecciones. Lo característico de esta fobia es que, en la mayoría de los casos, después de la gran activación y ansiedad que causa el estímulo fóbico, se produce el desmayo de la persona, durando aproximadamente 20 segundos y recuperándose esta de manera espontánea.

Por lo tanto, si detectas que tu hijo/a está desarrollando algún miedo o fobia, pide ayuda a algún especialista y además apóyale validando sus emociones y mostrándole que el miedo es natural y que a los adultos también les atemorizan algunas cosas, si no sabe expresarte a que tiene miedo pide que te lo dibuje para que tú puedas entenderle y apoyarle, dale un abrazo para que se pueda sentir seguro, se pueda calmar y relajar, muéstrale que está a salvo (si tiene miedo a un monstruo debajo de la cama, acompáñale y muéstrale que no hay nada), pregúntale qué necesita para sentirse seguro y ayúdale en la gestión de sus emociones.